mujeres despertadas a golpes para tener sexo y quemadas con cigarrillos

2 noviembre, 2015 • De Interés • Views: 1371

(Hay una persecución constante de celos que va desde revisión de  todas las redes sociales de la mujer, de gavetas para oler su ropa íntima y le introducen dedos en la vagina para determinar si sostuvo relaciones sexuales con otra persona o le fue infiel)

 

Fernado Quiroz PACAMMujeres despertadas a golpes por sus parejas para tener sexo, que le introducen objetos por la vagina en contra de su voluntad, la queman con cigarrillos o la aíslan de familiares y amigos son algunos de los casos recibidos por el Patronato de Ayuda a Mujeres Maltratadas (Pacam).

 

En los casos de violencia hay una persecución constante de celos que va desde revisión de todas las redes sociales de la mujer,  de gavetas para oler su ropa íntima y le introducen dedos en la vagina para determinar si sostuvo relaciones sexuales con otra persona o le fue infiel.

 

La presidenta del Pacam, Soraya Lara, hizo estas revelaciones en el programa Aquí es la Noticia que se transmite los domingos a las 9:00 de la noche por el Canal 25, bajo la dirección y conducción de Fernando Quiroz, la co-conducción de Iranna Flaviá  Luciano y la producción de Ingrid Cruz Espinal, del Grupo de Medios Panorama.

 

Dijo que estos casos abundan, pero en el país nos hemos acostumbrado a solo hablar de la violencia física y se ha dejado de lado la violencia sexual,  psicológica y económica en contra de la mujer.

 

La presidenta del Pacam dijo que investigaciones han determinado el gran daño de la violencia psicológica porque es constante, lo que se convierte en una tortura para la mujer.

 

El celo en sí mismo no genera violencia, sostuvo, pero advirtió que la

celotipia aumenta el factor de de riesgo de un ataque en contra de la mujer . Dentro de las consultas se establecen diferencias entre el celo infundado y el real.

 

Consideró que todo este conjunto de violencia dañan emocionalmente a la mujer. Luego de una agresión o un insulto, la mujer sufre, está triste,  y no hay la disponibilidad para la sexualidad, que en la mujer opera muy distinto a la del hombre.

Lara fue entrevistada junto a  María de Lourdes Rojas, vicepresidenta de Max Corredores de Seguros, empresa que  hace tres años apoya al Pacam con el programa “Por los Buenos Tratos” de educación continua y prevención hacia todos los integrantes de las familias, victimas y agresores, y que extenderán  con charlas a clientes y empleados.

 

La violencia incluye fases como acumulación de tensión y explosión con insultos agresivos, descalificadores, amenazas. En lo físico, el hombre aprieta del cuello a la mujer, la toma por los cabellos y la arrastra,  la tira contra la pared.

Mundialmente se ha reconocido que la violencia contra la mujer se ha convertido en una epidemia, en un asunto  de salud pública y afecta mucho a las familias. El común denominador en estos casos, indico Lara,  es el ejercicio  de poder. Antes se creía de que se trataba de una psicopatología, de que el hombre era sádico y la mujer masoquista.

 

 

PACAM

 

Con trece años de fundado, el Pacam se mantiene trabajado con mujeres víctimas de violencia  y sus hijos. Este año iniciaron un programa de intervención conductual para hombres que ejercen violencia y tienen mal manejo de la ira.

La educación continua incluye talleres, cursos y diplomados en interés de impactar en la sociedad y cambiar el modelo en relaciones de parejas para que no exista desequilibrio de poder.

Ponen la entidad al servicio de la sociedad para que las mujeres puedan restablecerse emocionalmente, recuperen su autonomía y reinsertarse a la sociedad. También, en el caso de los hombres que han identificado que tienen conductas violentas, agresivas y mal manejo de la ira existe un programa de asistencia para esos casos.

Acordaron seguir trabajando con universidades en el 2016, y con talleres y  charlas.

Su cuenta de twitter es @PacamRD y su teléfono 809-533-1813 para asignar citar con especialistas e iniciar programa de intervención.

“La violencia no debe formar parte de la familia” subrayó la presidenta del Pacam.

 

 

Humillación de la mujer

 

 

Lara puntualizó que hay estereotipo donde el hombre fue educado con patrones y actitudes de conducta dominante. Son los casos tradicionales que le dice a la mujer ‘Te doy para que te calles, a los hombres se le respeta’.

 

Se procura, manifestó, vulnerar y dañar a la mujer para  que crea el discurso de desvalorización, humillación y desmoralización

 

Además, llevar a la mujer a sentirse estúpida, que no sirve para nada, que es una mala profesional, una mala madre, la compara en desventaja con otra mujer y en sentido general la hacen sentir inferior.

 

 

Violencia económica

 

La presidenta del Pacam identifica los tipos de violencia económica y patrimonial.  La patrimonial, por ejemplo,  es cuando el hombre rompe los trastos de la casa, quema la ropa de la mujer,  la deja sin vivienda o  procura su ocultamiento.

 

La violencia económica es dejar de suplir necesidades de alimentación, medicina, sobre todo para los niños, quienes tienen deficiencias hasta de uniformes para ir a las escuelas o sufren enfermedades sin poder ser llevados al hospital.

 

Igualmente, se da la violencia cuando en un supermercado la mujer coloca productos en el carrito y el hombre los retira procurando tener el control.

 

En otras clases sociales el hombre facilita la tarjeta de crédito a la mujer, pero solo puede usarla en supermercado no en peluquería ni tienda de ropa.

 

Una forma de violencia es en clase social alta, entre ricos y empresarios, que la mujer no puede decidir la ropa que ella necesita, a su nivel, pues tiene que esperar que el hombre la lleve a la tienda y vestir como él le gusta.

 

Entiende que hay desinformación cuando se dice que la mujer en la clase social alta soporta la violencia por parte de su pareja para no perder los beneficios de la riqueza.

 

“La violencia tiene la particularidad que es compleja, porque entran elementos económicos, culturales, familiares, religiosos y la ilusión que tiene la mujer de que el hombre va a cambiar cuando vaya a la terapia o a la iglesia” señala .

 

Las mujeres que van al Pacam han logrado hasta maestría como grado académico, tienen sus empleos y manejan un poco mas de autonomía, pero no pueden salir del ciclo de la violencia porque entran los elementos psicopatológicos en las victimas como depresión, ansiedad, trastorno de estrés post –traumático

 

 

Aislamiento

 

Otro caso en clases sociales altas es que la mujer es víctima de aislamiento por parte de su pareja, por lo que familiares y amigos tienen dificultad para verle. “Eso se convierte en un factor de riesgo, porque a mayor aislamiento menos probabilidad de que alguien se dé cuenta de lo que está ocurriendo a la mujer”.

Hay casos en cantidad, dijo Lara. Recordó una señora que en una ocasión llegó  descalza al Pacam porque el hombre le escondía los zapatos para que no pudiera salir.

También tienen casos en los que el hombre pone candado a las puertas de la casa y se lleva la llave para que la mujer no pueda salir.

 

 

Sufrimiento de niños

Los niños sufren mucho, tanto en la primera infancia como en la adolescencia, porque los niños no pueden manejar esta situación, expresa Lara.

Viven en tensión por violencia que se genera en el hogar. Ven cuando el padre rompe los platos delante de ellos, da portazos o tira sillas.

Los niños van viendo esto como un modelo de relación de pareja, no están aprendiendo a resolver los conflictos de manera positiva, y las actitudes en el hogar son hostiles.

Algunos hijos asumen la actitud de evadir la realidad, pues mientras el padre está atacando, gritando o golpeando,  se desconectan por miedo, se encierra en la habitación, se colocan audífonos para oír música o se van con amigos.

Otros hijos ante los citados casos van a defender a la madre, y también resultan golpeados por el padre agresor.

Niños  van aprendiendo estereotipos y prejuicios de hombre sobre la mujer como “tu no sirves para nada, yo no sé para qué me case contigo, tan bruta, tan estúpida”  y palabras groseras.

El niño  en este estado sufre depresión, ansiedad y mucho temor de que el padre cometa un feminicidio en contra de su madre. “Ellos lo dicen, ‘Yo tengo temor de que mi papá mate  un día a mi mamá” , narra la presidenta del Pacam.

Escuchan en los medios de comunicación casos lamentables por lo que el nivel de sufrimiento aumenta. Es una situación demasiado compleja para un niño, porque muchas veces se trata de muerte de la madre o de ambos, o el padre va a la cárcel por el crimen.

 

 

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